Las masas de las estrellas son importantes porque la evolución depende sólo de la masa inicial de la estrella aislada, incluyendo el tiempo total de vida de la estrella. Aproximadamente, el tiempo total de vida es igual a la masa total dividida por el brillo (luminosidad) de la estrella. Las estrellas de baja masa brillan muy poco, por lo que su vida es larguísima, miles de millones de años. En cambio, una estrella de muy alta masa se consume rápido porque es muy luminosa, y vive unas pocas decenas de millones de años solamente. Las masas se determinan al momento de nacer, y en general permanecen constantes, habiendo algunas excepciones. Por ejemplo, una estrella puede perder masa durante su evolución, o puede adquirir masa si se encuentra en un sistema binario.
El Sol tiene una masa que es unas 300 mil veces mayor que la de nuestro planeta Tierra. Las masas de otras estrellas pueden ser medidas directamente en sistemas binarios usando la 3a ley de Kepler. El rango de masas estelares normales en la secuencia principal es: 0.08 Mo < M < 100 Mo (Mo: Masa del Sol). Estrellas menos masivas no alcanzan a producir fusión de H en el núcleo. Estrellas más masivas son inestables.