Las estrellas muy masivas evolucionan muy violentamente, quemando distintos materiales a un paso muy acelerado, con los elementos más pesados acumulándose en el núcleo que alcanza temperaturas y presiones cada vez más elevadas.
Cuando las cenizas de Hierro se acumulan en el núcleo, ese Hierro no puede producir energía por fusión y dejan de producirse reacciones nucleares, disminuyendo la presión de radiación en el núcleo. Entonces la gravedad triunfa sobre la presión, la estrella no puede soportar más su propia masa y el interior de la estrella colapsa muy violentamente.
Este colapso genera una enorme cantidad de energía gravitacional, provocando una gran explosión de Supernova (SN). Los elementos pesados que formaban las distintas capas de la estrella son expulsados por la explosión y vuelven a enriquecer el medio interestelar. Entonces, las Supernovas son muy importantes porque producen elementos, enriquecen el medio interestelar y gatillan la formación de nuevas generaciones de estrellas.
Estas explosiones pueden ser tan brillantes como una galaxia entera, lo que permite que las Supernova sean usadas para medir las distancias de objetos muy lejanos, en los confines del Universo.
Los productos de una SN son:
- Explosión gigantesca (luminosidad de más de 10e21 veces la luminosidad del Sol).
- Remanente en rápida expansión (con velocidades de más de 10.000 km/s), causando ondas de choque en el medio interestelar.
- Elementos químicos pesados expulsados por la explosión (Fierro, Carbono, Sodio, Níquel, Oxígeno,…).
- Estrella de neutrones en algunos casos (con masa de más de 1.4 veces la masa del Sol).
Esas SN producto de estrellas masivas que colapsan y explotan dejan una estrella de neutrones o un agujero negro como remanente. Las SN de ese tipo tienen líneas de hidrógeno, están asociadas con estrellas masivas muy jóvenes, y sus curvas de luz se aplanan después del máximo, para luego decaer lentamente.