Cuando una estrella se forma, la duración de la etapa de contracción de la protoestrella depende de su masa, aunque es relativamente rápida, menos de unos diez millones de años. La estrella naciente pasa por una etapa de cambios violentos, con variaciones de brillo, actividad de vientos estelares y emisión de rayos X. Esa es la etapa denominada T Tauri; el Sol pasó por esta etapa cuando nació. Más tarde la estrella se estabiliza en la secuencia principal. La posición inicial de la estrellas en esta Secuencia Principal depende sólo de la masa total. La estrella ahí ya es adulta (como el Sol) y pasa la mayor parte de su vida en esta secuencia. A veces el proceso de formación es muy violento: algunas estrellas con discos muestran intensos corrientes gigantescas (flujos bipolares o jets), son llamadas objetos Herbig-Haro.

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